7 de septiembre de 2009

Volver a empezar

Largo tiempo estuve alejado de la blogósfera, en parte porque tambien estuve alejado de la escritura como manera de distenderme y expresarme. Motivos, si los hay, son poco precisos y no sabría enumerarlos, pero vuelvo. Vuelvo como recomiendan los abuelos, los elefantes, los salmones, y Lerner. Compartir lo que subo a este blog con los que me conocen (o no) le da un sentido a esta vuelta, ademas que me empuja a producir mas y mejor.
Espero que la pasen bien.
Saludos!

Sr. Ulloa




EL DIA

No, así no vale. Para ustedes porque es fácil... Pero no entienden. Jamás van a entender lo pesado que me resulta llevar esta vergüenza encima, ese dolor punzante en la cabeza que se siente solo cuando nos señalan lo-que-no-podemos/sabemos-hacer, cuando todos se mofan de lo simple que es la vida mientras saltan de taquito y tomados de la mano la piedra con la que tropecé y tropezare mil veces mas.
Claro, los señoritos salen del colegio y siempre lo mismo, como con un imán van derecho, sin si quiera consultárselo, para el centro, ese es tácitamente su lugar, el punto de encuentro por defecto: van allá. ¿ Y qué puedo hacer?¿Quedarme solo?¿Decirles que tengo miedo de ir?¿O que estoy incomodo?¿Que no soporto la idea de pisar ese antro de fría hipocresía? ¡O peor aún! almorzar con el gordo Perelman, admitir que pertenezco a la lacra. No, eso si que no. Los acompaño, odiándome por odiar ese edificio, por no soportarlo, porque recordarlo simplemente me convierte en una nada temblorosa y polvo.

Pero tampoco puede ser que se esmeren en hacérmelo todo tan cuesta arriba, ustedes, que se dicen mis amigos, si, ustedes, que salen de ahí, que se abren el primer botón de las camisas, contentos con tres pelos locos por barba, con calor, (Como me traspiran las manos, pero a mi no por el verano, no. No por el calor) y no tienen mejor idea que salir corriendo para allá con las chicas, que ahora cuando llega el final del año se ponen mas accesibles que nunca, y se hacen los langas, los cheroncas que superaron la vida, y les dicen que se ven bien, o les hablan con indeferencia pensando –ilusamente- que “eso sí va a funcionar”, o las siguen fiel y perrunamente, les dicen que el sábado pueden salir todos juntos para pasarla bien, abrazamos a las que quieren ser abrazadas y a las que esperan que les dibujen un mundo mejor se lo regalamos, mundo donde somos príncipes o galanes o semidioses o reos que las rescatan de la rutina, de la cadena sin fin: MATEMATICA-LENGUA-LENGUA-RECREO-FISICA-GEOGRAFIA, donde podemos ser lo que quieran que seamos, mientras prendemos el cigarrillo-trofeo de guerra, y ustedes aprovechan, claro, ustedes son todo eso, y mas. Nosotros en realidad, nosotros podemos ser eso. Pero yo no tanto. No puedo como ustedes.

No puedo tener mi cabeza ahí y hacer de cuenta que no sé donde estamos yendo. Caminamos las seis cuadras, y siento como mis ojos dicen todo eso que mi boca nunca va a decir, sé que mi grito de frustración e impotencia esta ahí, se escapa por mis pupilas, las córneas me revientan del terror y sé que si solo uno de ustedes (¡Lucho, Pablo, por favor!) se diera la vuelta y viera mi cara deformada por este miedo que de tan visceral e infantil les revolvería el estomago, se les escaparía un compasivo y fraternal: - No, che... –. No me harían esto. Por nuestra amistad dejarían de arrastrarme todas las semanas al infierno, a mi imposibilidad, encarando lo mas oscuro de mi ser con todos ustedes, y las chicas, como público.

Caminan, se ríen del viejo de Biología. Putean a la de geografía. Yo me río y puteo, pero no se a quienes, porque con un ojo clavado adelante veo la esquina, y al edificio que aparece de la nada como una mole gris e inevitable, viejo, obviamente alguna vez fue algo inofensivo, una lavandería, o panadería, talvez veterinaria, pero hoy es esto ¿Cómo nadie lo vio a tiempo?¿Acaso nadie pudo preveer este desenlace?¿Nadie puede hacer nada para volver todo atrás, borrarlo de la ciudad?. Lo veo, y mi cara que se cae, que se va por la alcantarilla. La saliva se me acumula de a litros en la garganta porque ya no puedo tragar mas: un nudo marinero perfecto. Un paso y otro y otro, media cuadra, dos casas, una. Y ahí llegamos.

- Hola –

(El flaco que barre la entrada)

Yo no los culpo chicos, eh, no se lo tomen a mal todo esto que les digo, se que no puedo exigirles que adivinen que pasa dentro de esta cabeza, o que se esconde en este cuore enfermo, ese es el precio que pago por restringirles el acceso a mi miedo mayor. ¡Pero mírenme la cara una vez!¿Realmente no lo ven? Ya sé que Camila camina como nadie en este planeta, también veo el culo de Romi, esculturalmente perfecto, fuente de toda pasión onanista de 2°B, motivo por la cual mas de uno mataría o se dejaría matar solo por tocar o besar o admirar o babear o golpear o atrapar o sencillamente coger.

Pero vean mi centro mas medular volverse pedacitos de vidrio cuando paso por esa puerta, escuchen como se destroza todo lo que me rellena y me hace ser lo que soy con solo sentir el frío que sale del mostrador, de la cara del encargado, de las chicas que nos atienden, de los otros clientes, algunos parados, otros sentados en sillones, todos con sonrisas. Ese ruido sordo y profundo soy yo. Soy yo en plena implosión.
A veces me pregunto si acaso ellos piensan lo mismo, talvez en el fondo todos estamos rogando que alguien diga la verdad, y se pare en una mesa, se saque la corbata y escupa el odio que todos guardamos por este lugar, que agarre una bandera y con gritos, cánticos de liberación, nos guíe lejos de aquel rincón donde la humanidad muestra su expresión mas baja y perversa. Pero no. Nadie parece ser ese gran hombre que signe el destino de todos nosotros, atrapados acá, como ganado bobo. Todos la pasan bien, como si no vieran al lobo bajo el disfraz de cordero trucho. ¿Llegara acaso ese día? ¿Estará ese hombre acá en este preciso momento?¿Y si quizá se cuida de disimular para no ser señalado? .

Todos en fila para pedir.

Bueno muchachos, aunque ustedes nunca lo sepan esta mañana me canse, no puedo esperar un mesías por siempre, se que pueden decir que me estoy traicionando pero no puedo seguir así mucho mas, quiero ser como ustedes o como aquellos que están ahí sentados, así de sencillo. Por eso es que hago la fila, me uno a la homogeneidad armónica, a la paz del consuelo, apláudanme al menos, regálenme el culo de Romi, algo. Doy un paso mas a la adultez, dejo atrás lo irracional que hay en mi, me acerco a ese que voy a ser que qué barbaridad como sube el dólar, que le vas a hacer, tan joven, no somos nada, y mientras vos vas, yo ya fui y vine treinta veces, y todo el piripipí.

- ¿Vas a querer?-

- Si, hoy si-

-Pero si a vos no te gusta... –

-Pero hoy quiero-

-¿De cual querés, pibe?-

-Chocolate y americana-

Al fin y al cabo no se le puede tener fobia a los heladeros por siempre.


2 comentarios:

Đanny dijo...

Cris!! ¡Volviste! :D
Me alegra volver a leerte. ¡Me gustó mucho el texto!, realmente :) me alegra que compartas lo que escribís. Yo tengo que ponerme las pilas con la escritura la verdad, tengo ganas de algún que otro cuentito. Espero que ande todo bien, un saludete.

Beso!!

Sr. Ulloa dijo...

Danny, mil gracias por sus palabras, siempre tan motivadoras!

Y apenas subas cosas tuyas voy corriendo a leerlas!!
Cuidate!!